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Archivo e investigación, debilidades a superar




Por:

Johan Sebastián Torres Güiza
Historiador y Archivista en formación,
Universidad Industrial de Santander


Los cambios que ha sufrido el archivo y la concepción de éste a lo largo de la historia, nos lleva ahora en referenciar a los documentos conservados como parte fundamental de una sociedad de la información. Esto hace pensar que el estudio de los archivos y sus relaciones con el ser humano no se traduce más que en la necesidad de la sociedad en investigar e incluirse en las recientes sociedades de la información y del conocimiento, ahora bien, estos avances en investigación archivística se reflejan con la publicación de libros, artículos e informes a lo cual Latinoamérica se encuentra pasos atrás de los niveles de producción de Estados Unidos y Europa. Conforme a esto, el texto hará mención en aquellas problemáticas que posee el archivo en Latinoamérica que se trasladan directamente a problemas en la investigación científica de los mismo, problematizando las debilidades de la Archivística y adjuntando posibles soluciones a la poca cientificidad en los trabajos archivísticos de esta región.


Contextualización

Aunque asumimos la Archivística como tal a partir del siglo XIX, los documentos de archivo surgen a la par con la escritura hace aproximadamente 6.000 años atrás; la aparición de sociedades organizadas hizo que los documentos realizados fueran reunidos en determinados lugares para ser conservados, de esta manera, la forma Archivo nos concede su identificación como fuente de poder en donde su finalidad era meramente práctica, pues su uso era realizado por el gobierno y la gestión de sus asuntos. Por lo tanto, el deseo de conservar es el primer componente de la Archivística[1], sea cual sea su objetivo, por ejemplo  tanto en el Antiguo Egipto con la “Casa de los Documentos Sellados” como en Mesopotamia con la “Casa de las Tablillas”, los documentos eran almacenados bajo carácter administrativo para consulta de esta misma índole, y así mismo ocurriría con Grecia y Roma en cuanto a la organización y conservación de los documentos instruidos y tramitados por las autoridades[2].

De esta manera, podemos decir que la Archivística en cuanto a la conservación a estado presente durante siglos entre las distintas sociedades humanas, pues, su parte práctica en el tratamiento y la conservación de archivos empezó como una tarea casi innata, sin embargo, esto tan sólo es un “arte” del “buen” orden de los documentos, a partir de que la Archivística incluye reglas y principios teóricos ésta adquiere relevancia entre las ciencias humanas, y esta connotación se da a partir de la Revolución Francesa en donde los archivos adquieren un sentido público, es decir, la documentación es accesible y los espacios archivístico se fundamentan como propiedad del Estado-Nación al servicio de los ciudadanos.

A partir del siglo XIX y a finales de éste, la teoría archivística se empieza a enriquecer con una estructura de principios[3] que fundamentan su base sustancial sobre la cual se hacen propuestas metodológicas a cerca del cómo tratar los archivos, el principio de procedencia y orden original será entonces el principio de fundación y piedra angular de la teoría archivística.  Esta serie de principios que fundamentan la Archivística es lo que hace pensar de ésta como una ciencia, María del Carmen Rodríguez presenta en su artículo un cambio de concepción que ha tenido la Archivística a lo largo de distintos periodos, en primera instancia como una ciencia auxiliar de la Historia, luego una ciencia auxiliar de la administración con la aparición del records management, y finalmente con la consideración de que es una parte integrante de las Ciencias de la Información[4], sin embargo, en una u otra, la Archivística a sido considerada como una ciencia auxiliar o de complementación, mas no una ciencia propia o individualizada.

De acuerdo al autor que se consulte, la Archivista se planteará como una disciplina o como una ciencia, y esta última concepción se basa a raíz del principio de procedencia bajo el cual se puede asumir la Archivística como la ciencia de los archivos. En total acuerdo con María Rodríguez, la Archivística tiene un campo de acción que son los fondos y los archivos, y tiene su método aunque carezca de la parte científica, el fin último es de saber, de conocer profunda y sistemáticamente todo lo relacionado con los fondos y los archivos de manera cognoscitiva y práctica, es decir, aunque no le alcance para ser una ciencia, la Archivística es una disciplina muy cercana a este nivel en cuanto estudia el proceso completo de un archivo[5].

De esta manera a partir de aquí, a lo largo del escrito entenderemos a la Archivística como una técnica que intenta hacerse su campo entre las ciencias, que aunque posea un campo específico, una finalidad y una metodología, su poca rigidez científica no la hace merecedora aún de ser una ciencia. Por consiguiente, trataremos de redondear esta falencia, concentrando su punto central en la falta de cultura de investigación que hace que la archivística no responda correctamente a los cambios que si sufre su campo de estudio: los archivos; de igual manera en base a la prospectiva archivística alentaremos la descripción archivística y la inclusión de cursos de investigación científica en los planes de estudio en las academias como posibles soluciones.

¿Qué es investigación científica?

Resulta ser tan amplias y variadas las posturas a cerca del como hacerla, que su contextualización termina siendo un tanto disgregada, pese a esto, se toma como base fundamental que la investigación por definición: es la acción o efecto de investigar; y a su vez investigar es definido como: la realización de actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático con el propósito de aumentar los conocimientos sobre una determinada materia[6]. En el crecimiento del saber, la investigación vendría siendo el agua que hace crecer la planta que representaría la base teórica de una ciencia, lo que además de hacerla crecer, aporta para que ésta se fortalezca y pueda responder satisfactoriamente a los problemas prácticos que se le presentan. Es decir, en el ámbito científico, la investigación es lo que le permite a una determinada materia producir nuevos conocimientos y teorías, o generar elementos para resolver problemas prácticos, pero producidos o generados de una cierta manera, mediante un largo y complejo proceso producido mediante la aplicación del método científico. De esta manera, una investigación científica resulta ser[7]:
·         Sistemática: porque sigue de manera constante y equivalente de hacer las cosas.
·         Controlada: por no dejar hechos al azar y suele ser comparativa.
·         Empírica: pues resulta ser aplicable a fenómenos observables-mesurables en la realidad.
·       Racional-crítica: ya que valora constantemente de forma objetiva, eliminando subjetividad o juicios de valor.
·         Reproducible: al implementar procedimientos estandarizados y sistemáticos.

Falencias de archivo: falencias en investigación.
Como ya lo hemos mencionado, la Archivística es una ciencia en formación, aunque no esta catalogada como tal esta muy cercana de serlo, sin embargo, la poca rigurosidad científica en su metodología no la hace merecedora aún de esta mención. Cómo el campo de acción de la Archivística son los archivos, éstos deben estar en unos estándares para que puedan ser sometidos a un estudio sistemático mediante metodologías que busquen la creación de nuevo conocimiento, se ha avanzado considerablemente durante décadas para que normatividades internacionales se ensamblen en los archivos a nivel mundial, pese a esto, por ejemplo en países de centro y sur América los archivos no se acomodan a los estándares internacionales y presentan inconvenientes a los investigadores a la hora de buscar información.
En el caso particular de María Flores[8] en cuanto a una investigación realizada por ella acerca de la emancipación/abolición de la esclavitud negra en Jamaica y Puerto Rico, donde tuvo que viajar y escudriñar los archivos del Caribe en archivos nacionales, municipales y universitarios, su investigación la llevó desde Jamaica, Puerto Rico, Estados Unidos, hasta Francia. A modo comparativo los archivos europeos y estadounidenses marcan la pauta a cerca del modelo a seguir en el modo de organizar y conservar la documentación, en contra parte, los archivos latinoamericanos están un paso atrás de los mencionados, sin embargo, haciendo a un lado las meras formas técnicas (ni menos importantes) la mayor falencia que encontró María y que también menciona en su ponencia Carlos Zapata[9] a cerca de los archivos de nuestro continente y éste último autor en referencia a nuestro país, es la falta de descripción de los archivos que le permitan al usuario de éste además de tener un archivo conceptualizado como recurso útil para la interdisciplinaridad, una descripción que relacione los fondos/colecciones entre uno u otro archivo, todo a fin que se permita una mayor “navegación” entre la documentación y un fácil acceso a lo que se esta buscando.

La descripción de archivos: de la mera forma técnica a la minería de datos.
El tradicional uso de los archivos como recursos útiles solamente para fines administrativos o históricos hace que la Archivística se quede estancada. Actualmente el progreso y adelanto de las naciones se mide de acuerdo a los avances investigativos que se generen en las diferentes disciplinas, pues bien, en una sociedad orientada al conocimiento la información almacenada en los archivos debe servir de fuente de investigación multidisciplinar. En la ya citada ponencia de Zapata, el autor  sugiere la descripción de archivos como la forma más óptima para el uso adecuado de los documentos como fuente de investigación. Criticando la mera forma técnica que restringe los datos útiles. Para ello él propone la "minería de datos".

“La archivística debería basar las diferentes actividades relacionadas con el acceso a la información, en modelos de minería de datos, el cual combina técnicas de inteligencia artificial, aprendizaje computacional, probabilidad estadísticas y bases de datos para extraer información y conocimiento a partir de grandes cantidades de datos, a través de técnicas como la correlación, métodos estadísticos comparadores, redes neuronales y algoritmos genéticos.”[10]

El renacer del archivo, del documento que se conserva esta enmarcado en la realización de descripciones contextuales más informadas, que le permitan al archivero y al investigador desenvolverse más fácil en el entorno del archivo, con detalladas especificaciones del contenido tanto implícito como explicito de los documentos sin tener información repetida. 

La normalización de la descripción archivística entre los archivos de todo el mundo se busca a través de la Norma ISAD G (International Standard for Archival Description, General)[11] aprobada por el Congreso Internacional de Archivos, en ella la finalidad es “identificar y explicar el contexto y el contenido de los documentos de archivo con el fin de hacerlos accesibles”[12].  Los estándares publicados en la norma[13] consisten en 26 elementos que pueden combinarse entre sí para construir la descripción de una entidad archivística, sin embargo, son sólo seis ítems son los que se plantean como mínimos y  necesarios para realizar una descripción archivística[14], además de tener validez internacional para intercambios documentales, teniendo siempre en cuenta el principio de procedencia.  Pero, como señala Luz Marie Rodríguez, la norma posee algunas falencias, no obstante, no deja de ser útil para el objetivo que busca.

“Si bien la norma ISAD G establece una guía procesal estructurada que permite hacer descripciones multi-nivel que faciliten y agilicen el acceso a los documentos, ésta no deja de fomentar, hasta cierto punto, la descripción que bajo el principio de procedencia tradicional, favorece la voz del creador que por defecto, tiende a ser la del dominante o poderoso. La ISAD G provee un sistema descriptivo a tres niveles: fondo, serie, documento. Como lógicamente sugiere, el nivel descriptivo irá de lo general a lo detallado con lo cual, se evitará la duplicación de información a medida que el nivel descriptivo vaya aumentando”[15].

Sin embargo, pese a que la normativa esta en vigencia ya hace más de una década, como no es de extrañar, en los archivos públicos latinoamericanos la descripción de archivos no se da de la manera correcta, pues, se asume ésta como una descripción meramente técnica que detalla el autor, el origen y de lo que mas o menos trata el documento,  más no se asume este proceso (difícil y tedioso) con la responsabilidad requerida por parte del Estado, los archivos y archivistas.
 
Así pues, en nuestro intento de esbozar la investigación en archivos, la falta de una descripción bien llevada y con los parámetros establecidos, reduce la agiles con la que el sujeto investigador pueda realizar su cometido, siendo este aspecto una falencia tanto en el archivo, como en el proceso de investigación. Por lo tanto, es necesario que se implemente la normatividad, y que el AGN sea más riguroso en hacerla cumplir, todo en vísperas de una mejor implementación de los archivos por parte de los investigadores.

De lo tradicional a lo necesario
No hay que mal interpretar y pensar que la investigación en archivos a fines históricos o como fuente de apoyo a la administración no es necesaria o mucho menos no importante, a lo que quiero hacer referencia, es a que a pesar del desarrollo de los archivos éstos no han dejado de ser de uso o importancia tradicional. Aunque en algunos pocos casos la información conservada en los archivos han servido para la exploración e indagación en otros campos, la manera en que está conceptualizado el archivo no ha permitido que a éste se le de otro uso, bien sea para fines sociales, técnicos, científicos o comerciales, pues, bien como lo señala Carlos Zapata, respecto a la valoración que recibe la información, ésta no se conserva si bien no sirve o para la historia o para fines administrativos. Además, el desconocimiento en metodología científica por parte de los archivistas hace que mucho material quede opacado o no se valore de la forma que debería ser, pues se desconoce el valor de los archivos como una herramienta para el desarrollo tanto de una ciencia, como de una técnica.

Necesidad de investigación científica: construcción de una cultura de investigación. 
La investigación científica es el medio que permite la innovación y difusión del conocimiento, con la finalidad de respaldar el acrecentamiento y desarrollo de cualquier área del saber y de la sociedad en general[16], así bien, el último fin de la investigación científica es que ésta realice un aporte teórico o metodológico a la disciplina a la cual se le aplica, y, en sus “aspiraciones” y falencias que posee la Archivística se hace netamente necesario aplicar la investigación científica en su campo de acción.

Para ello, más que incluir en los planes de estudio cursos que le enseñen metodología científica a los jóvenes en formación en archivística (cómo se mencionará adelante), se requiere es de un cambio en la mentalidad técnica con la cual se asume el proceso archivístico, para considerar como activo social la información conservada en los archivos y no como simples documentos usados a la hora de intervenciones fiscales o en trabajos de historiografía. Si bien nuestro país en materia de proyectos de investigación invierte poco, el aprendizaje y la puesta en práctica de metodologías de investigación científica en la Archivística deberían ser prioritarios en cuanto a lo poco estudiado que esta a fondo el material y patrimonio documental de Colombia[17], además de que la generación y difusión de nuevo conocimiento científico, permitirá un mayor crecimiento, posicionamiento y cientificidad de la Archivística[18].

Planes de estudio
Se hace tanto importante como necesaria la enseñanza científica a los archivistas y a los estudiantes, en la medida en que la Archivística en su parte teórica y práctica no responde a la par con los cambios que si se producen en los archivos, pues bien, los planes de estudio de las academias que imparten la Archivística como carrera deben mezclar los principios básicos y esenciales, pero con una metodología hecha desde la investigación científica, con aprendizaje por lo menos básico que le permita responder satisfactoriamente a la incorporación e incidencia tecnológica en las ciencias de la información, así como poder aplicar estos avances al desarrollo de una disciplina como la Archivística para ofrecer mayores ventajas a los usuarios de los archivos, pues bien, como lo dice Elsa Ramírez: “una disciplina que no se renueva, que permanece obsoleta no podrá competir con otras ciencias y podría hacerse prescindible[19], de esta manera, la Archivística requiere de profesionales con un sentido crítico, que sepan organizar y administrar un archivo, además de analizar e implementar nuevos servicios tecnológicos que los usuarios requieran.
Luis Fernando García en su artículo ya citado propone que en las carreras profesionales de archivística se incluyan cursos que le ayuden al estudiantado a tener bases de metodología científica para que pueda hacer investigaciones en base al archivo, las materias que sugiere son: Metodología de la investigación científica, fuentes para la investigación archivística, estadística, seminario/taller de investigación archivística, además de cursos en tecnologías de información y comunicación[20]. Esto según explica el autor para que en las instituciones se enseñe el proceso de investigación científica, para propiciar el desarrollo y la aplicación de teoría archivística con los principios metodológicos del método científico, incluyendo la incorporación tecnológica en el archivo.

Prospectiva archivística

Martín Pozuelo en su artículo realiza un estudio a cerca de la posible prospectiva que presentará la archivística en sus años posteriores, donde la mayor necesidad es que en la disciplina se desarrollen nuevos enfoques y herramientas de investigación que respondan satisfactoriamente a los cambios tecnológicos que transforman la documentación[21].  Aclara el autor, que aunque la prospectiva no debe entenderse como futurología, pues ésta no puede predecir el futuro, si bien, puede ofrecernos la posibilidad de construirlo mediante el análisis detallado de los factores de cambio que determinarán el futuro de la archivística: la capacidad de reacción a los posibles problemas, los puntos débiles y fuertes de la disciplina tanto en su entorno teórico como práctico, y los retos que deberá afrontar en un mediano plazo[22].  

La construcción homogénea de una Archivística científica que asuma los retos del presente y del futuro se dará mediante la integración de cada uno de los agentes implicados, es decir, la comprensión de las relaciones dentro de la archivística con sus profesionales y el archivo, deberán compaginar esfuerzos para  erigir una ciencia de la documentación; a lo anterior el autor lo llamada dialogo social que debería hacerse con los sujetos a los cuales el archivo representa un elemento activo[23]. El objetivo final, después de cuestionar y realizar una prospectiva científica a cerca de la archivística, será revisar y evaluar cada concepto, principio, método, procedimiento, campo, políticas y demás, para definir las falencias a futuro que poseerá la Archivística y que estas sean tratadas a tiempo. La apropiación de los archivos como bien público es la meta, donde los archivos sean concebidos como lugares donde se amplíen los horizontes de conocimiento y comunicación por el sujeto que investiga, y, le de forma y alimente a una disciplina que requiere de investigación científica para que su futuro en las ciencias de la documentación sea más protagonista, la descripción de archivos y la inclusión de cursos que ayuden a los futuros profesionales de la archivística harán de ésta disciplina merecedora de ser una ciencia con la inclusión de la investigación científica.


Conclusiones

Según el estudio de Sebastián Marín a cerca del nivel que tiene Latinoamérica en producción archivística es clara la diferencia que existe con otras partes del mundo en cuanto a cantidad y calidad[24], pues aunque hallan existido avances significativos, aún son insuficientes para estar a la par quizás de Europa o Estados Unidos. La productividad en investigación se concentra en los países de mayor tradición educativa en Archivística –dice Marín- que en nuestra zona Brasil lleva la delantera; en Colombia la falta de formación disciplinar y la poca profesionalización de la Archivística hace que muy poca producción científica se de en nuestro país, por lo tanto, se hace necesario el actuar para que este panorama cambie y que los archivistas colombianos adquieran competencias necesarias para estar en línea a avances internacionales. 

De esta manera, la construcción de una Archivística diferente con enfoque investigativo depende de todos aquellos involucrados en el archivo, la implementación de la descripción archivística y la inclusión de cursos de metodología científica tan sólo es una parte necesaria para un mejor trabajo investigativo en los archivos, pero, estos avances deberán ir paralelamente con una concepción diferente a la tradicional a cerca del uso de la documentación, así como un cambio en el paradigma técnico a cerca del como tratar el archivo, incluyendo en la mentalidad de archivistas e investigadores una actitud y una cultura hacia el nuevo conocimiento y el fortalecimiento de las ciencias con una expansión de su desarrollo. 

En la era tecnológica que nos encontramos, los archivos deberán adentrarse a la digitalización de los documentos lo cual permita una ampliación del acceso, preservación y conservación de los fondos documentales que se encuentren en los archivos, permitiendo además de un ahorro en costos y espacio, una manera bajo la cual la investigación se pueda hacer mas asequible y el archivo además de que sea considerado, sea usado como un bien público.



Bibliografía
Libros

ARÉVALO Jordán, Víctor Hugo. Profesionalización de los archivos. Proyecto para la conformación de la carrera de archiveros. Programa de Difusión Cultural. Santa Fe, 2000
TIRADO Agosto, Yadira (Coordinadora). Archivos e investigación: la importancia de la investigación en los archivos y centros de información, San Juan, Puerto Rico, ArchiRED, 2011.
VÁZQUEZ Murillo, Manuel. Cómo seleccionar documentos de archivo. Buenos Aires, Alfagrama Ediciones, 2006.

Artículos

CONDE Villaverde, María Luisa. La evolución en los archivos, evolución de su contexto y contenido. En: Arbor: ciencia, pensamiento y cultura,  Madrid, Volumen CLXXXII.
CONSEJO INTERNACIONAL DE ARCHIVOS. Norma ISAD (G): Norma Internacional General de Descripción Archivística. Madrid. 2000.
FLORES María M. Archivos e investigación histórica: de la teoría a la práctica. Conferencia presentada en el V Congreso Iberoamericano de Archivos Universitarios. San Juan, 2011.
  JAÉN García, Luis Fernando. La formación archivística y la investigación. En: Revista Códice, Bogotá, 2008.
M. PAZ, Martín-Pozuelo. Prospectiva archivística: nuevas cuestiones, enfoques y métodos de investigación científica. En: Revista Española de Documentación Científica, Madrid, 2010.
MARÍN Agudelo, Sebastián Alejando. Estado de la producción científica en archivística y archivos en América. En: Revista Interamericana de Bibliotecología. Medellín. 2010.
RODRIGEZ López, María del Carmen. La delimitación de la archivística como ciencia. Cuadernos de documentación multimedia, Madrid,  2000, Nº 10.
SÁENZ Campos, Desirée; TICONO Mora, Zahira. Introducción a la investigación científica. Fármacos 1999, vol. 12, nº 1.
SIERRA Escobar, Luis Fernando. Apuntes a la organización de documentos: bases teóricas y consideraciones prácticas. En: Revista Códice, Bogotá, Volumen 5 Nº1,  2009.
ZAPATA Carlos Alberto. Los archivos como activo estratégico para la investigación (Ponencia). Segundo encuentro de archivos e investigación, Bogotá, 2002.


[1] RODRIGEZ López, María del Carmen. La delimitación de la archivística como ciencia. En: Cuadernos de documentación multimedia, Madrid,  2000, Nº 10. Pág. 385.
[2] FLORES María M. Archivos e investigación histórica: de la teoría a la práctica. Conferencia presentada en el V Congreso Iberoamericano de Archivos Universitarios. San Juan, 2011. Pág. 2.
[3] Para una breve y concisa descripción de cada uno de los principios archivísticos, ver: SIERRA Escobar, Luis Fernando. Apuntes a la organización de documentos: bases teóricas y consideraciones prácticas. En: Revista Códice, Bogotá, Volumen 5 Nº1,  2009.
[4] RODRIGEZ López. Óp. Cit., pág. 379.
[5] Ibíd., pág. 381.
[6] REA. Diccionario de la lengua española - Vigésima segunda edición. 2001.
[7] SÁENZ Campos, Desirée; TICONO Mora, Zahira. Introducción a la investigación científica. Fármacos 1999, vol. 12, nº 1. Págs. 60-77.
[8] FLORES María M. Óp. Cit., págs. 10-12.
[9]ZAPATA Carlos Alberto. Los archivos como activo estratégico para la investigación (Ponencia). Segundo encuentro de archivos e investigación, Bogotá, 2002.
[10] Ibíd., pág. 6.
[11] CONSEJO INTERNACIONAL DE ARCHIVOS. Norma ISAD (G): Norma Internacional General de Descripción Archivística. Madrid. 2000.
[12] Ibíd., pág. 9.
[14] Estos son: Código de referencia, título, creador, fechas, extensión de la unidad descriptiva o contexto/biografía, y nivel descriptivo.
Ibíd., pág. 12
[15] TIRADO Agosto, Yadira (Coordinadora). Archivos e investigación: la importancia de la investigación en los archivos y centros de información, San Juan, Puerto Rico, ArchiRED, 2011. Pág. 72.


[16] JAÉN García, Luis Fernando. La formación archivística y la investigación. En: Revista Códice, Bogotá, 2008. Pág. 52.
[17] Aquellos documentos que ocupan un lugar eminente considerados el Patrimonio Cultural son los que se encuentran en la fase permanente o histórica, lo que representa desde nuestra perspectiva de investigación multidisciplinar una falencia, pues no todos los documentos que se inician llegan a esta fase, pues al terminar el plazo de uso de los documentos se eligen aquellos que por consenso se deciden conservar definitivamente, y, por lo general se conservan aquellos que tiene fin histórico o administrativo. No podremos ahondar mas exhaustivamente esta cuestión, sin embargo, dejaré precedente que los procesos de selección deberán corresponder a una mirada más científica que técnica, que salga de la conservación documental ortodoxa y se generen cimientos para futuras investigaciones de acuerdo a las fuentes documentales que se conserven.
[18] Ibíd., pág., 53.
[19] Ramírez Leyva, E. M. “INFOBILA para la investigación. La investigación para INFOBILA”. Seminario INFOBILA como apoyo a la investigación en Bibliotecología en América Latina y el Caribe. México. 2005.
[20] JAÉN García, Luis Fernando. Óp. Cit., pág. 54-55.
[21] M. PAZ, Martín-Pozuelo. Prospectiva archivística: nuevas cuestiones, enfoques y métodos de investigación científica. En: Revista Española de Documentación Científica, Madrid, 2010.
[22] Ibíd., pág. 207.
[23] Martín describe cuatro grupos: De decisión: son aquellos que adoptan las decisiones, principalmente políticos; de ejecución: los que cumplen las decisiones del grupo anterior, es decir, los archiveros; de opinión: los intelectuales y comunicadores; y por último los usuarios de archivo que en el mejor de los casos lo asumiríamos como la población en general.
Ibíd., pág. 208-209.
[24] MARÍN Agudelo, Sebastián Alejando. Estado de la producción científica en archivística y archivos en América. En: Revista Interamericana de Bibliotecología. Medellín. 2010. Pág., 259.

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Autores

Sergio Andrés Utrera Santander
Historiador - Mg. Gestión de la Información y Documentación
Universidad Industrial de Santander
E-mail: sergio.utrera@correo.uis.edu.co
Twitter: @sergio_utrera


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