Por:
Johan Sebastián Torres Güiza
Historiador y Archivista en formación,
Universidad Industrial de Santander
Los cambios que ha sufrido el archivo y la concepción
de éste a lo largo de la historia, nos lleva ahora en referenciar a los
documentos conservados como parte fundamental de una sociedad de la
información. Esto hace pensar que el estudio de los archivos y sus relaciones
con el ser humano no se traduce más que en la necesidad de la sociedad en
investigar e incluirse en las recientes sociedades de la información y del
conocimiento, ahora bien, estos avances en investigación archivística se
reflejan con la publicación de libros, artículos e informes a lo cual
Latinoamérica se encuentra pasos atrás de los niveles de producción de Estados
Unidos y Europa. Conforme a esto, el texto hará mención en aquellas
problemáticas que posee el archivo en Latinoamérica que se trasladan
directamente a problemas en la investigación científica de los mismo,
problematizando las debilidades de la Archivística y adjuntando posibles
soluciones a la poca cientificidad en los trabajos archivísticos de esta región.
Contextualización
Aunque asumimos la Archivística como tal a partir del
siglo XIX, los documentos de archivo surgen a la par con la escritura hace
aproximadamente 6.000 años atrás; la aparición de sociedades organizadas hizo
que los documentos realizados fueran reunidos en determinados lugares para ser
conservados, de esta manera, la forma Archivo nos concede su identificación
como fuente de poder en donde su finalidad era meramente práctica, pues su uso
era realizado por el gobierno y la gestión de sus asuntos. Por lo tanto, el
deseo de conservar es el primer componente de la Archivística[1], sea cual sea su objetivo,
por ejemplo tanto en el Antiguo Egipto
con la “Casa de los Documentos Sellados” como en Mesopotamia con la “Casa de
las Tablillas”, los documentos eran almacenados bajo carácter administrativo
para consulta de esta misma índole, y así mismo ocurriría con Grecia y Roma en
cuanto a la organización y conservación de los documentos instruidos y
tramitados por las autoridades[2].
De esta manera, podemos decir que la Archivística en
cuanto a la conservación a estado presente durante siglos entre las distintas
sociedades humanas, pues, su parte práctica en el tratamiento y la conservación
de archivos empezó como una tarea casi innata, sin embargo, esto tan sólo es un
“arte” del “buen” orden de los documentos, a partir de que la Archivística incluye
reglas y principios teóricos ésta adquiere relevancia entre las ciencias humanas,
y esta connotación se da a partir de la Revolución Francesa en donde los
archivos adquieren un sentido público, es decir, la documentación es accesible
y los espacios archivístico se fundamentan como propiedad del Estado-Nación al
servicio de los ciudadanos.
A partir del siglo XIX y a finales de éste, la teoría
archivística se empieza a enriquecer con una estructura de principios[3] que fundamentan su base
sustancial sobre la cual se hacen propuestas metodológicas a cerca del cómo
tratar los archivos, el principio de
procedencia y orden original será entonces el principio de fundación y
piedra angular de la teoría archivística.
Esta serie de principios que fundamentan la Archivística es lo que hace
pensar de ésta como una ciencia, María del Carmen Rodríguez presenta en su
artículo un cambio de concepción que ha tenido la Archivística a lo largo de
distintos periodos, en primera instancia como una ciencia auxiliar de la
Historia, luego una ciencia auxiliar de la administración con la aparición del records
management, y finalmente con la consideración
de que es una parte integrante de las Ciencias de la Información[4], sin embargo, en una u
otra, la Archivística a sido considerada como una ciencia auxiliar o de
complementación, mas no una ciencia propia o individualizada.
De acuerdo al autor que se consulte, la Archivista se
planteará como una disciplina o como una ciencia, y esta última concepción se
basa a raíz del principio de procedencia bajo el cual se puede asumir la
Archivística como la ciencia de los archivos. En total acuerdo con María
Rodríguez, la Archivística tiene un campo de acción que son los fondos y los
archivos, y tiene su método aunque carezca de la parte científica, el fin
último es de saber, de conocer profunda y sistemáticamente todo lo relacionado
con los fondos y los archivos de manera cognoscitiva y práctica, es decir,
aunque no le alcance para ser una ciencia, la Archivística es una disciplina
muy cercana a este nivel en cuanto estudia el proceso completo de un archivo[5].
De esta manera a partir de aquí, a lo largo del
escrito entenderemos a la Archivística como una técnica que intenta hacerse su
campo entre las ciencias, que aunque posea un campo específico, una finalidad y
una metodología, su poca rigidez científica no la hace merecedora aún de ser
una ciencia. Por consiguiente, trataremos de redondear esta falencia,
concentrando su punto central en la falta de cultura de investigación que hace
que la archivística no responda correctamente a los cambios que si sufre su
campo de estudio: los archivos; de igual manera en base a la prospectiva
archivística alentaremos la descripción archivística y la inclusión de cursos
de investigación científica en los planes de estudio en las academias como
posibles soluciones.
¿Qué es investigación científica?
Resulta
ser tan amplias y variadas las posturas a cerca del como hacerla, que su
contextualización termina siendo un tanto disgregada, pese a esto, se toma como
base fundamental que la investigación por definición: es la acción o efecto de
investigar; y a su vez investigar es definido como: la realización de actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático con el
propósito de aumentar los conocimientos sobre una determinada materia[6]. En el
crecimiento del saber, la investigación vendría siendo el agua que hace crecer
la planta que representaría la base teórica de una ciencia, lo que además de
hacerla crecer, aporta para que ésta se fortalezca y pueda responder
satisfactoriamente a los problemas prácticos que se le presentan. Es decir, en
el ámbito científico, la investigación es lo que le permite a una determinada
materia producir nuevos conocimientos y teorías, o generar elementos para
resolver problemas prácticos, pero producidos o generados de una cierta manera,
mediante un largo y complejo proceso producido mediante la aplicación del
método científico. De esta manera, una investigación científica resulta ser[7]:
·
Sistemática:
porque sigue de manera constante y equivalente de hacer las cosas.
·
Controlada:
por no dejar hechos al azar y suele ser comparativa.
·
Empírica:
pues resulta ser aplicable a fenómenos observables-mesurables en la realidad.
· Racional-crítica: ya que valora constantemente
de forma objetiva, eliminando subjetividad o juicios de valor.
·
Reproducible:
al implementar procedimientos estandarizados y sistemáticos.
Falencias de
archivo: falencias en investigación.
Como ya lo hemos mencionado, la Archivística es una
ciencia en formación, aunque no esta catalogada como tal esta muy cercana de
serlo, sin embargo, la poca rigurosidad científica en su metodología no la hace
merecedora aún de esta mención. Cómo el campo de acción de la Archivística son
los archivos, éstos deben estar en unos estándares para que puedan ser
sometidos a un estudio sistemático mediante metodologías que busquen la
creación de nuevo conocimiento, se ha avanzado considerablemente durante
décadas para que normatividades internacionales se ensamblen en los archivos a
nivel mundial, pese a esto, por ejemplo en países de centro y sur América los
archivos no se acomodan a los estándares internacionales y presentan inconvenientes
a los investigadores a la hora de buscar información.
En
el caso particular de María Flores[8] en cuanto a una
investigación realizada por ella acerca de la emancipación/abolición de la
esclavitud negra en Jamaica y Puerto Rico, donde tuvo que viajar y escudriñar
los archivos del Caribe en archivos nacionales, municipales y universitarios, su
investigación la llevó desde Jamaica, Puerto Rico, Estados Unidos, hasta
Francia. A modo comparativo los archivos europeos y estadounidenses marcan la
pauta a cerca del modelo a seguir en el modo de organizar y conservar la
documentación, en contra parte, los archivos latinoamericanos están un paso
atrás de los mencionados, sin embargo, haciendo a un lado las meras formas
técnicas (ni menos importantes) la mayor falencia que encontró María y que
también menciona en su ponencia Carlos Zapata[9] a cerca de los archivos de
nuestro continente y éste último autor en referencia a nuestro país, es la
falta de descripción de los archivos que le permitan al usuario de éste además
de tener un archivo conceptualizado como recurso útil para la
interdisciplinaridad, una descripción que relacione los fondos/colecciones
entre uno u otro archivo, todo a fin que se permita una mayor “navegación”
entre la documentación y un fácil acceso a lo que se esta buscando.
La
descripción de archivos: de la mera forma técnica a la minería de datos.
El tradicional uso de los archivos como recursos
útiles solamente para fines administrativos o históricos hace que la
Archivística se quede estancada. Actualmente el progreso y adelanto de las
naciones se mide de acuerdo a los avances investigativos que se generen en las
diferentes disciplinas, pues bien, en una sociedad orientada al conocimiento la
información almacenada en los archivos debe servir de fuente de investigación
multidisciplinar. En la ya citada
ponencia de Zapata, el autor sugiere la
descripción de archivos como la forma más óptima para el uso adecuado de los
documentos como fuente de investigación. Criticando la mera forma técnica que restringe
los datos útiles. Para ello él propone la "minería de datos".
“La archivística debería
basar las diferentes actividades relacionadas con el acceso a la información,
en modelos de minería de datos, el cual combina técnicas de inteligencia
artificial, aprendizaje computacional, probabilidad estadísticas y bases de
datos para extraer información y conocimiento a partir de grandes cantidades de
datos, a través de técnicas como la correlación, métodos estadísticos
comparadores, redes neuronales y algoritmos genéticos.”[10]
El renacer del archivo, del documento que se conserva
esta enmarcado en la realización de descripciones contextuales más informadas,
que le permitan al archivero y al investigador desenvolverse más fácil en el
entorno del archivo, con detalladas especificaciones del contenido tanto
implícito como explicito de los documentos sin tener información repetida.
La normalización de la descripción archivística entre
los archivos de todo el mundo se busca a través de la Norma ISAD G (International Standard for
Archival Description, General)[11]
aprobada por el Congreso Internacional de Archivos, en ella la finalidad es
“identificar y explicar el contexto y el contenido de los documentos de archivo
con el fin de hacerlos accesibles”[12]. Los estándares publicados en la norma[13]
consisten en 26 elementos que pueden combinarse entre sí para construir la
descripción de una entidad archivística, sin embargo, son sólo seis ítems son
los que se plantean como mínimos y
necesarios para realizar una descripción archivística[14],
además de tener validez internacional para intercambios documentales, teniendo
siempre en cuenta el principio de procedencia. Pero, como señala Luz Marie Rodríguez, la
norma posee algunas falencias, no obstante, no deja de ser útil para el
objetivo que busca.
“Si bien la
norma ISAD G establece una guía procesal estructurada que permite hacer
descripciones multi-nivel que faciliten y agilicen el acceso a los documentos,
ésta no deja de fomentar, hasta cierto punto, la descripción que bajo el
principio de procedencia tradicional, favorece la voz del creador que por
defecto, tiende a ser la del dominante o poderoso. La ISAD G provee un sistema
descriptivo a tres niveles: fondo, serie, documento. Como lógicamente sugiere,
el nivel descriptivo irá de lo general a lo detallado con lo cual, se evitará
la duplicación de información a medida que el nivel descriptivo vaya
aumentando”[15].
Sin embargo, pese a que la normativa esta en vigencia
ya hace más de una década, como no es de extrañar, en los archivos públicos
latinoamericanos la descripción de archivos no se da de la manera correcta,
pues, se asume ésta como una descripción meramente técnica que detalla el
autor, el origen y de lo que mas o menos trata el documento, más no se asume este proceso (difícil y
tedioso) con la responsabilidad requerida por parte del Estado, los archivos y
archivistas.
Así pues, en nuestro intento de esbozar la
investigación en archivos, la falta de una descripción bien llevada y con los
parámetros establecidos, reduce la agiles con la que el sujeto investigador
pueda realizar su cometido, siendo este aspecto una falencia tanto en el
archivo, como en el proceso de investigación. Por lo tanto, es necesario que se
implemente la normatividad, y que el AGN sea más riguroso en hacerla cumplir,
todo en vísperas de una mejor implementación de los archivos por parte de los
investigadores.
De
lo tradicional a lo necesario
No hay que mal interpretar y pensar que la
investigación en archivos a fines históricos o como fuente de apoyo a la
administración no es necesaria o mucho menos no importante, a lo que quiero
hacer referencia, es a que a pesar del desarrollo de los archivos éstos no han
dejado de ser de uso o importancia tradicional. Aunque en algunos pocos casos
la información conservada en los archivos han servido para la exploración e
indagación en otros campos, la manera en que está conceptualizado el archivo no
ha permitido que a éste se le de otro uso, bien sea para fines sociales,
técnicos, científicos o comerciales, pues, bien como lo señala Carlos Zapata,
respecto a la valoración que recibe la información, ésta no se conserva si bien
no sirve o para la historia o para fines administrativos. Además, el
desconocimiento en metodología científica por parte de los archivistas hace que
mucho material quede opacado o no se valore de la forma que debería ser, pues
se desconoce el valor de los archivos como una herramienta para el desarrollo
tanto de una ciencia, como de una técnica.
Necesidad
de investigación científica: construcción de una cultura de investigación.
La investigación
científica es el medio que permite la innovación y difusión del conocimiento,
con la finalidad de respaldar el acrecentamiento y desarrollo de cualquier área
del saber y de la sociedad en general[16], así bien, el último
fin de la investigación científica es que ésta realice un aporte teórico o
metodológico a la disciplina a la cual se le aplica, y, en sus “aspiraciones” y
falencias que posee la Archivística se hace netamente necesario aplicar la investigación
científica en su campo de acción.
Para ello, más que
incluir en los planes de estudio cursos que le enseñen metodología científica a
los jóvenes en formación en archivística (cómo se mencionará adelante), se
requiere es de un cambio en la mentalidad técnica con la cual se asume el
proceso archivístico, para considerar como activo social la información
conservada en los archivos y no como simples documentos usados a la hora de
intervenciones fiscales o en trabajos de historiografía. Si bien nuestro país
en materia de proyectos de investigación invierte poco, el aprendizaje y la
puesta en práctica de metodologías de investigación científica en la
Archivística deberían ser prioritarios en cuanto a lo poco estudiado que esta a
fondo el material y patrimonio documental de Colombia[17], además
de que la generación y difusión de nuevo conocimiento científico, permitirá un
mayor crecimiento, posicionamiento y cientificidad de la Archivística[18].
Planes
de estudio
Se hace tanto importante como necesaria la enseñanza
científica a los archivistas y a los estudiantes, en la medida en que la
Archivística en su parte teórica y práctica no responde a la par con los
cambios que si se producen en los archivos, pues bien, los planes de estudio de
las academias que imparten la Archivística como carrera deben mezclar los
principios básicos y esenciales, pero con una metodología hecha desde la
investigación científica, con aprendizaje por lo menos básico que le permita
responder satisfactoriamente a la incorporación e incidencia tecnológica en las
ciencias de la información, así como poder aplicar estos avances al desarrollo
de una disciplina como la Archivística para ofrecer mayores ventajas a los
usuarios de los archivos, pues bien, como lo dice Elsa Ramírez: “una
disciplina que no se renueva, que permanece obsoleta no podrá competir con
otras ciencias y podría hacerse prescindible”[19],
de
esta manera, la Archivística requiere de profesionales con un sentido crítico,
que sepan organizar y administrar un archivo, además de analizar e implementar
nuevos servicios tecnológicos que los usuarios requieran.
Luis
Fernando García en su artículo ya citado propone que en las carreras
profesionales de archivística se incluyan cursos que le ayuden al estudiantado
a tener bases de metodología científica para que pueda hacer investigaciones en
base al archivo, las materias que sugiere son: Metodología de la investigación
científica, fuentes para la investigación archivística, estadística,
seminario/taller de investigación archivística, además de cursos en tecnologías
de información y comunicación[20]. Esto según explica el
autor para que en las instituciones se enseñe el proceso de investigación
científica, para propiciar el desarrollo y la aplicación de teoría archivística
con los principios metodológicos del método científico, incluyendo la
incorporación tecnológica en el archivo.
Prospectiva
archivística
Martín
Pozuelo en su artículo realiza un estudio a cerca de la posible prospectiva que
presentará la archivística en sus años posteriores, donde la mayor necesidad es
que en la disciplina se desarrollen nuevos enfoques y herramientas de
investigación que respondan satisfactoriamente a los cambios tecnológicos que
transforman la documentación[21]. Aclara el autor, que aunque la prospectiva no
debe entenderse como futurología, pues ésta no puede predecir el futuro, si bien,
puede ofrecernos la posibilidad de construirlo mediante el análisis detallado
de los factores de cambio que determinarán el futuro de la archivística: la
capacidad de reacción a los posibles problemas, los puntos débiles y fuertes de
la disciplina tanto en su entorno teórico como práctico, y los retos que deberá
afrontar en un mediano plazo[22].
La
construcción homogénea de una Archivística científica que asuma los retos del
presente y del futuro se dará mediante la integración de cada uno de los agentes
implicados, es decir, la comprensión de las relaciones dentro de la
archivística con sus profesionales y el archivo, deberán compaginar esfuerzos
para erigir una ciencia de la
documentación; a lo anterior el autor lo llamada dialogo social que debería hacerse con los sujetos a los cuales el
archivo representa un elemento activo[23].
El objetivo final, después de cuestionar y realizar una prospectiva científica
a cerca de la archivística, será revisar y evaluar cada concepto, principio,
método, procedimiento, campo, políticas y demás, para definir las falencias a
futuro que poseerá la Archivística y que estas sean tratadas a tiempo. La
apropiación de los archivos como bien público es la meta, donde los archivos
sean concebidos como lugares donde se amplíen los horizontes de conocimiento y
comunicación por el sujeto que investiga, y, le de forma y alimente a una
disciplina que requiere de investigación científica para que su futuro en las
ciencias de la documentación sea más protagonista, la descripción de archivos y
la inclusión de cursos que ayuden a los futuros profesionales de la
archivística harán de ésta disciplina merecedora de ser una ciencia con la
inclusión de la investigación científica.
Conclusiones
Según
el estudio de Sebastián Marín a cerca del nivel que tiene Latinoamérica en
producción archivística es clara la diferencia que existe con otras partes del
mundo en cuanto a cantidad y calidad[24],
pues aunque hallan existido avances significativos, aún son insuficientes para
estar a la par quizás de Europa o Estados Unidos. La productividad en
investigación se concentra en los países de mayor tradición educativa en
Archivística –dice Marín- que en nuestra zona Brasil lleva la delantera; en
Colombia la falta de formación disciplinar y la poca profesionalización de la
Archivística hace que muy poca producción científica se de en nuestro país, por
lo tanto, se hace necesario el actuar para que este panorama cambie y que los
archivistas colombianos adquieran competencias necesarias para estar en línea a
avances internacionales.
De
esta manera, la construcción de una Archivística diferente con enfoque
investigativo depende de todos aquellos involucrados en el archivo, la
implementación de la descripción archivística y la inclusión de cursos de
metodología científica tan sólo es una parte necesaria para un mejor trabajo
investigativo en los archivos, pero, estos avances deberán ir paralelamente con
una concepción diferente a la tradicional a cerca del uso de la documentación,
así como un cambio en el paradigma técnico a cerca del como tratar el archivo,
incluyendo en la mentalidad de archivistas e investigadores una actitud y una
cultura hacia el nuevo conocimiento y el fortalecimiento de las ciencias con
una expansión de su desarrollo.
En
la era tecnológica que nos encontramos, los archivos deberán adentrarse a la
digitalización de los documentos lo cual permita una ampliación del acceso,
preservación y conservación de los fondos documentales que se encuentren en los
archivos, permitiendo además de un ahorro en costos y espacio, una manera bajo
la cual la investigación se pueda hacer mas asequible y el archivo además de
que sea considerado, sea usado como un bien público.
Bibliografía
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[1] RODRIGEZ López, María del
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Madrid, 2000, Nº 10. Pág. 385.
[2] FLORES María M. Archivos e investigación histórica: de la
teoría a la práctica. Conferencia presentada en el V Congreso
Iberoamericano de Archivos Universitarios. San Juan, 2011. Pág. 2.
[3] Para una breve y concisa
descripción de cada uno de los principios archivísticos, ver: SIERRA Escobar,
Luis Fernando. Apuntes a la organización
de documentos: bases teóricas y consideraciones prácticas. En: Revista
Códice, Bogotá, Volumen 5 Nº1, 2009.
[7] SÁENZ
Campos, Desirée; TICONO Mora, Zahira. Introducción
a la investigación científica. Fármacos 1999, vol. 12, nº 1.
Págs. 60-77.
[9]ZAPATA
Carlos Alberto. Los archivos como activo
estratégico para la investigación (Ponencia).
Segundo encuentro de archivos e investigación, Bogotá, 2002.
[11] CONSEJO INTERNACIONAL DE
ARCHIVOS. Norma ISAD (G): Norma
Internacional General de Descripción Archivística. Madrid. 2000.
[12] Ibíd., pág. 9.
[14] Estos son: Código de referencia, título, creador, fechas, extensión de la
unidad descriptiva o contexto/biografía, y nivel descriptivo.
Ibíd.,
pág. 12
[15] TIRADO
Agosto, Yadira (Coordinadora). Archivos e
investigación: la importancia de la investigación en los archivos y
centros de información, San Juan, Puerto Rico, ArchiRED,
2011. Pág. 72.
[16] JAÉN
García, Luis Fernando. La formación
archivística y la investigación. En: Revista Códice, Bogotá, 2008. Pág. 52.
[17] Aquellos documentos que ocupan un lugar eminente considerados el
Patrimonio Cultural son los que se encuentran en la fase permanente o histórica,
lo que representa desde nuestra perspectiva de investigación multidisciplinar
una falencia, pues no todos los documentos que se inician llegan a esta fase,
pues al terminar el plazo de uso de los documentos se eligen aquellos que por
consenso se deciden conservar definitivamente, y, por lo general se conservan
aquellos que tiene fin histórico o administrativo. No podremos ahondar mas
exhaustivamente esta cuestión, sin embargo, dejaré precedente que los procesos
de selección deberán corresponder a una mirada más científica que técnica, que
salga de la conservación documental ortodoxa y se generen cimientos para
futuras investigaciones de acuerdo a las fuentes documentales que se conserven.
[19] Ramírez
Leyva, E. M. “INFOBILA para la investigación.
La investigación para INFOBILA”. Seminario INFOBILA como apoyo a la investigación en
Bibliotecología en América Latina y el Caribe.
México. 2005.
[21] M.
PAZ, Martín-Pozuelo. Prospectiva archivística:
nuevas cuestiones, enfoques y métodos de investigación científica. En:
Revista Española de Documentación Científica, Madrid, 2010.
[23] Martín describe cuatro grupos: De decisión: son aquellos que adoptan
las decisiones, principalmente políticos; de ejecución: los que cumplen las
decisiones del grupo anterior, es decir, los archiveros; de opinión: los
intelectuales y comunicadores; y por último los usuarios de archivo que en el
mejor de los casos lo asumiríamos como la población en general.
Ibíd.,
pág. 208-209.
[24] MARÍN Agudelo, Sebastián Alejando. Estado de la producción científica en archivística y archivos en
América. En: Revista Interamericana de Bibliotecología. Medellín. 2010.
Pág., 259.
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